Fraudes telefónicos, intentos de estafa y llamadas de spam invaden nuestra cotidianidad

A MANERA DE COMENTARIO_ COLUMNA

Por:Silviano de la Mora

En la actualidad, se ha vuelto un hábito común entre muchas personas el no contestar llamadas de números desconocidos en sus teléfonos celulares. Esta conducta, que antes podía considerarse descortés o inusual, ahora es una respuesta natural ante la creciente ola de fraudes telefónicos, intentos de estafa y llamadas de spam que invaden la cotidianidad.
El temor a ser víctima de un engaño ha generado un cambio en la manera en que la sociedad interactúa con la comunicación telefónica. Anteriormente, recibir una llamada era sinónimo de una conversación importante o de un contacto inesperado, pero legítimo. Hoy en día, muchas llamadas desconocidas provienen de estafadores que buscan obtener información personal, presionar a las víctimas con tácticas de miedo o engañarlas con promesas falsas. Ante esta situación, ignorar números desconocidos es visto como una medida de protección más que como una simple preferencia personal.
Además, la tecnología ha jugado un papel fundamental en la consolidación de este hábito. Aplicaciones de identificación de llamadas, como Truecaller o las funciones de bloqueo de spam en los propios teléfonos, permiten a los usuarios filtrar y rechazar llamadas potencialmente peligrosas. Esto ha llevado a una nueva forma de comunicación en la que la gente prefiere mensajes de texto o aplicaciones de mensajería antes que contestar una llamada no identificada.
Sin embargo, este fenómeno también tiene un impacto negativo en la comunicación cotidiana. Empresas legítimas, instituciones bancarias y hasta servicios médicos pueden ver afectada su capacidad de contactar a sus clientes, quienes ignoran sus llamadas por precaución. Esto ha obligado a muchas organizaciones a buscar métodos alternativos, como el envío de mensajes previos para anunciar sus llamadas o el uso de canales digitales más confiables.
Podemos decir que el hábito de no contestar llamadas de números desconocidos es una consecuencia directa del mundo hiperconectado en el que vivimos, donde la seguridad digital se ha vuelto una prioridad. Aunque esta conducta tiene beneficios en términos de autoprotección, también plantea desafíos en la comunicación interpersonal y comercial. El reto para el futuro será encontrar un equilibrio entre la seguridad y la accesibilidad en la comunicación telefónica.

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